Alegría raizal: niños jugando y divirtiéndose
- juan david suarez corpas
- 2 abr
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 26 jun
En un camino polvoriento de la isla, bajo la sombra de los árboles y el sol caribeño, dos niños raizales corren con el alma libre y el corazón lleno de risas. Sus rostros iluminados reflejan la emoción del juego, mientras sus pies descalzos casi vuelan sobre la tierra. Crecen entre historias contadas por sus abuelos, entre el sonido del calypso y el aroma del coco recién partido.
Para ellos, la diversión no necesita más que el viento en la piel y la compañía de un amigo. Juegan como lo han hecho generaciones antes, en una isla donde la vida sigue el ritmo del mar y la comunidad es familia. La brisa acaricia sus rostros y, en ese instante, solo existe la alegría de la infancia, pura y vibrante, tejida con la esencia de su cultura.




















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